Una década de desarrollo sostenido y crecimiento económico no han servido para reducir el impacto de un fenómeno previsible ni las brechas de inequidad históricas de nuestro país
Los recientes fenómenos naturales van dejando al día de hoy 78 fallecidos, 20 desaparecidos, 101,104 damnificados, 643,216 afectados y 263 heridos; ello sin contar con la estimación de las pérdidas materiales.
Este conjunto de desgracias tras las lluvias, huaicos, desbordes e inundaciones en el norte, centro y sur del país señalaron de inmediato como culpable a la furia de la naturaleza; sin embargo la magnitud de las pérdidas nos increpa a reconocer las verdaderas causas si no queremos pasar por esto una y otra vez.
Así, nos vemos obligados a retirarnos las vendas de los ojos y reconocer cómo la falta de planificación, la corrupción de las autoridades en la ejecución de obras públicas o negligencia en su construcción, la invasión de zonas no aptas para vivienda alentadas por el tráfico de tierras, entre otros problemas son parte de una realidad distinta de la que vende el emergente país de la Marca Perú. Con una década de crecimiento sostenido que acaba de cerrarse la desigualdad persiste y se robustece.
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Foto: Reuters
