Se enfrentan manifestantes de extrema derecha y policía en Colonia

Em La Jornada

Colonia, Alemania. La policía alemana usó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar una manifestación del movimiento xenófobo Pegida este sábado en la ciudad de Colonia, mientras los manifestantes arrojaban petardos y botellas a los policías.

En medio del ruido de las sirenas, la policía pidió a los manifestantes pacíficos que se retiraran, constató la AFP.

Varios centenares de seguidores del movimiento islamófobo Pegida se habían congregado en Colonia, escenario en Nochevieja de una ola de agresiones contra mujeres. Con pancartas que rezaban “Rapefugees not welcome”, juego de palabras para acusar a los refugiados de violadores, cientos de personas se congregaron en torno a la catedral de Colonia, agitando banderas alemanas. La manifestación se desarrolló pacíficamente hasta que un grupo de militantes ultraderechistas empezó a lanzar proyectiles a la policía.

Según esta última, había unos 800 vándalos, sobre un total de mil 700 personas que participaron de forma pacífica en la manifestación de Pegida.

Un portavoz del movimiento xenófobo pidió a “todos los participantes que regresen a casa”. “Oficialmente, el acto terminó”, declaró.

El movimiento “Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente” (Pegida), creado en 2014 en la ciudad de Dresde, intenta aprovechar la emoción suscitada por las agresiones sexuales cometidas en Colonia durante el 31 de diciembre, en la que participaron varios refugiados, según las autoridades.

Desde temprana hora varios centenares de seguidores del movimiento empezaron a reunirse, mientras numerosos contramanifestantes se agrupaban a pocos metros.

Con pancartas, acudieron a la convocatoria del movimiento Pegida.

“Alemania sobrevivió a la guerra, a la peste y al cólera, pero ¿sobrevivirá a Merkel?”, decía una pancarta, en referencia a la política de acogida de refugiados promovida por la canciller alemana.

“Merkel se ha convertido en un peligro para nuestro país, Merkel debe marcharse”, clamaba un portavoz en su megáfono, mientras Christiana, madre de cuatro niños, aseguraba que se sentía “despojada de su libertad”.

A pocos metros de ahí, del otro lado de un cordón policial, un millar de contramanifestantes se agruparon al grito de “Nazis fuera” y con pancartas que aseguraban que “el fascismo no es una opinión, sino un crimen”. “Estamos aquí para acallarlos. Es inaceptable que Pegida explote la horrible violencia sexual perpetrada aquí en Nochevieja y propague sus tonterías racistas”, dijo Emily Michels, de 28 años, en su megáfono.

Enviada para Combate Racismo Ambiental por Lara Schneider.

Deixe um comentário

O comentário deve ter seu nome e sobrenome. O e-mail é necessário, mas não será publicado.

1 × um =