Nuevos hallazgos difundidos por un medio local revelan cómo mujeres shipibas fueron ligadas aprovechando su situación de post parto
Servindi, 29 de junio del 2016.- A menos de una semana de que se conozca si se abrirá proceso judicial por el caso de las 2070 esterilizaciones forzadas que actualmente investiga la Fiscalía, nuevos testimonios de mujeres que afirmaron ser esterilizadas sin su consentimiento siguen saliendo a la luz.
Esta vez, el diario La República revela los testimonios mujeres shipibas quienes cuentan que al acudir al Hospital Amazónico de Pucallpa para dar a luz, y hallándose en condición de cesareadas, se les realizó un bloqueo tubárico bilateral, es decir, una ligadura de trompas, sin que hayan dado su consentimiento.
Como se recuerda, estos y otros casos ocurrieron durante el periodo comprendido entre 1996 y el año 2000, mientras gobernaba el ex presidente Alberto Fujimori.
La voz de las nativas shipibas
“Fui al Hospital Amazónico para que me hicieran una cesárea y se aprovecharon para hacerme una ligadura que yo no quería. Ahí mismo, después que nació por cesárea mi hija Ruth Sánchez Zumaeta, me ligaron, en el mismo cuarto. Nunca firmé nada para que me ligaran. Luego de la ligadura, cuatro días después, recién me avisaron que me habían hecho eso para que no tuviera más hijos”. Recuerda Lucía Zumaeta
De otro lado, la nativa shipiba Adilia Ahuanari señaló “Di a luz y al día siguiente como a las nueve de la mañana me ligaron. Las enfermeras me dijeron que tenían que ligarme porque ya tenía muchos hijos, que no tendría dinero para mantenerlos. En la camilla decía que no quería, pero el doctor me decía que tenía que ligarme porque ya estaba en la sala, ya estaba en la lista para las mujeres que iban a ligar”.
“Nunca firmé ningún documento antes de la ligadura. Luego de la ligadura me hicieron firmar un papel al que nunca le di lectura porque no sé español, solo shipibo. Solo me dijeron que firmara no más, yo no sé hasta ahora que decía ese papel, estaba en castellano, nadie me explicó qué firmaba, solo me dijo la enfermera que firme ese papel” prosiguió.
De igual forma, Nilda Rojas Martínez indicó: “Me hicieron una cesárea a las seis de la tarde y al mismo tiempo me ligaron. Ahí no más. Me lo dijo una enfermera. Mi marido me dijo que por qué me había mandado a ligar si cuando otras se ligan se mueren o luego están muy mal de salud. Antes de la ligadura me sentía sana, luego ya no podía caminar mucho porque me dolía hacerlo. Hasta ahora”.
Pruebas reveladas
Los testimonios de estas (y muchas otras) mujeres han sido y son puestos permanentemente en cuestionamiento sobre todo por los partidarios del régimen fujimorista y ex funcionarios y operadores de salud de la época quienes niegan la aplicación de un programa de esterilizaciones forzadas desde el Estado.
Sin embargo, junto a estos testimonios el diario La República accedió a las historias clínicas y divulgó documentos que muestran cómo estas mujeres ingresaron al mencionado hospital para atender sus alumbramientos, mas no consignan el consentimiento de estas para la ligadura de trompas.
Pero estos tres testimonios no son aislados. Dicho medio también indicó que conversó con 15 mujeres shipibas más que expresaron haber sido también esterilizadas contra su voluntad en el Hospital Amazónico de Pucallpa. Sin embargo en el caso de ellas ni siquiera sus historias clínicas están en el nosocomio.
Se aproxima el desenlace del caso
Como se recuerda, entre los años 1996 y 2000, más de 300,000 mujeres y 16,000 hombres fueron esterilizados como parte de la política pública de control poblacional aplicada por el gobierno de Alberto Fujimori.
Asimismo, estamos a menos de una semana para que Marcelita Gutiérrez, fiscal que lleva el caso de 2074 mujeres que denunciaron ser esterilizadas sin su consentimiento, emita su dictamen este 4 de julio para abrir un proceso judicial sobre el mismo. Han transcurrido casi 20 años de estos hechos y a la fecha no hay responsables procesados.
Vea el informe especial de La República.
Infografía del diario La República
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Nativa shipiba Nilda Rojas. Imagen: La República
