La diversidad cultural, además de ser una ventana cognitiva e intelectual y un motor de desarrollo social y de crecimiento económico, aporta su riqueza, color y dinamismo a nuestra vida.
Así lo señaló Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el marco del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, que se celebra cada 21 de mayo.
Asimismo, Azoulay sostiene que el objetivo del Día Mundial es ir más allá de la simple constatación de la diversidad y reconocer los beneficios del pluralismo cultural, que es un principio ético y político de respeto igualitario de las identidades y tradiciones culturales.
La fecha a celebrar fue constituida en la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural aprobada por la UNESCO en 2001. En ella se reconoce la diversidad cultural como “un componente del patrimonio común de la humanidad y como un factor de paz y de prosperidad”.
Además, se trata de proteger las diferentes expresiones culturales, entre ellas las lenguas, artes, artesanía y modos de vida, particularmente de los pueblos minoritarios con el fin de “evitar que sucumban al movimiento de uniformización que acompaña a la mundialización”.
La directora general de la UNESCO afirma que, a pesar de que la revolución tecnológica facilita el acceso de numerosas formas culturales y artísticas, aún hay un gran número de obstáculos que no permiten un acceso igualitario a los bienes y servicios culturales, y afecta particularmente a las mujeres.
Dentro de los objetivos de Día Mundial también se busca integrar la cultura en una visión global de desarrollo, tal como viene realizando la Red de Ciudades Creativas, formada por 180 ciudades de 72 países, que fomenta un modelo de desarrollo urbano sostenible basado en una cooperación activa.
“En este día de celebración, la UNESCO les invita a abrir puertas y ventanas al viento revitalizador de la diversidad”, finaliza Azoulay.