ONU pide ayuda urente para indígenas amazónicos frente al COVID

A pesar de los esfuerzos desplegados por los tres gobiernos para responder a la crisis, a las Naciones Unidas cada vez les preocupa más la capacidad de las instituciones de salud para hacer frente a la situación y salvar las vidas de cientos de miles de campesinos e indígenas que enfrentan una grave situación debido a la pandemia, que se ha sumado a su vulnerabilidad previa.

Noticias ONU / Servindi

Las oficinas de Naciones Unidas en Colombia, Brasil y Perú hicieron un llamado urgente a la “solidaridad internacional” para conseguir más fondos para la respuesta a la pandemia en la región del Amazonas, donde preocupa especialmente la vida de 170.000 personas que viven en áreas remotas a lo largo del río.

Esas comunidades, en su mayoría indígenas, tienen algunas de las tasas de incidencia de la enfermedad más altas.  La ONU asegura que “a pesar de los esfuerzos desplegados por los tres gobiernos para responder a la crisis, existen crecientes preocupaciones sobre la capacidad de las instituciones de salud para hacer frente a la situación y salvar vidas”.

Las oficinas explicaron en un comunicado que la necesidad de estas personas se ve exacerbada por meses de estrictas medidas de cuarentena para mitigar la propagación en algunas regiones, con duras consecuencias socioeconómicas que desencadenan una pandemia de hambre, afectando la nutrición y los medios de vida de muchas de estas comunidades que ya de por sí se encontraban en condiciones de vulnerabilidad.

El trabajo de la ONU en los tres países

Colombia

En Colombia, gracias a las medidas de aislamiento y cuarentena y la puesta en marcha del plan de contingencia diseñado por el Ministerio de Salud y Protección Social, con el apoyo técnico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la Orinoquía y la Amazonía colombiana la tasa de reproducción del virus descendió de 3.60 a 0.40, lo que evidencia la efectividad de las medidas.

A la fecha, en la capital del Amazonas colombiano el 90.9% de los pacientes se han recuperado y el 4.4 % son atendidos en casa, 6 personas se encuentran en hospitalización y 6 en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Las Naciones Unidas en Colombia han podido ofrecer también una primera línea de respuesta rápida en este territorio, luego del despliegue de equipos de evaluación en la región. Con el apoyo de la OPS, se logró la contratación de 4 médicos y 3 enfermeras, se entregó al Hospital San Rafael de Leticia ventiladores, insumos médicos y medicamentos, así como equipos de protección personal.

Además, se entregó una cápsula de aislamiento a la Fuerza Aérea Colombiana para hacer el traslado de pacientes críticos. El Programa Mundial de Alimentos organizó en Colombia tres vuelos que permitieron el despliegue de trabajadores humanitarios, así como la entrega de 44 toneladas de alimentos junto con kits de higiene de UNICEF y la Organización Internacional de las Migraciones, beneficiando a unas 9500 personas en la Amazonía, pero llegando solo a una parte de la población más afectada que necesita asistencia humanitaria allí.

Brasil

En Brasil, la Organización Panamericana de la Salud ha contribuido con apoyo técnico al Ministerio de Salud para la elaboración de un Plan de Contingencia nacional para comunidades indígenas en el marco del COVID-19.

En los estados de Roraima y Amazonas se ha implementado una serie de acciones para reforzar las capacidades de los servicios de salud a las comunidades indígenas incluyendo la expansión de unidades de cuidados intensivos y la distribución de material de protección para personal médico, así como la distribución de kits de higiene y alimenticios, vacunas y comunicación en lengua indígena sobre las medidas de protección.

Perú

En Perú, la ONU está preparando una estrategia urgente de respuesta de salud, humanitaria y de recuperación temprana para los pueblos indígenas de Loreto y los distritos fronterizos con Brasil y Colombia.

La Organización ya ha implementado operativos de asistencia a las poblaciones indígenas amazónicas. Se han donado más de 40 concentradores de oxígeno y equipo de protección personal (EPP), en coordinación con el Comando de Operaciones COVID-19 nacional, el Ministerio de Salud, las propias comunidades, y el Gobierno regional de Loreto.

Asimismo, se brinda asistencia técnica para el monitoreo a través de la sala de situación COVID-19, mientras que se realizan campañas de comunicación intercultural para los más vulnerables de la región.

La necesidad de fondos

A pesar de todos estos esfuerzos, las capacidades de respuesta siguen siendo limitadas en el área, ya que la escasez de fondos restringe significativamente la tarea de los actores humanitarios.

“Nuestro trabajo es complementario y trata de superar los desafíos logísticos y programáticos únicos de la región para garantizar la protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas”, dijo Niky Fabiancic, coordinador residente en Brasil.

“Hacemos un llamado a una mayor solidaridad internacional para ampliar nuestra respuesta a las comunidades indígenas en esta región y así complementar los esfuerzos nacionales para mitigar las necesidades“, agregó Igor Garafulic, coordinador residente de la ONU en Perú.

El sistema de las Naciones Unidas de los tres países ha colaborado en la elaboración de un plan de respuesta rápida en la triple frontera. El plan identifica las necesidades más urgentes de la población, así como las actividades críticas para atenderlas.

“La ONU seguirá apoyando los esfuerzos de los gobiernos, y la coordinación entre los tres países será clave para asegurar la respuesta en la frontera”, afirmó Jessica Faieta, coordinadora residente de la ONU en Colombia.

Indígenas en Colombia en medio de la pandemia de COVID-19. Karen González Abril / OPS

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