Territorios indígenas y áreas protegidas son barreras contra la deforestación

Territorios Indígenas y Áreas Naturales Protegidas contienen la mayor parte de las reservas de carbono en la Amazonia, pero una parte importante de ellas está bajo riesgo. Una mirada en detalle a la región y a Colombia

Gaia Amazonas / Servindi

Según un informe publicado por un innovador consorcio de científicos, líderes indígenas y expertos en políticas sobre cambio climático, los bosques amazónicos en Territorios Indígenas son barreras a la deforestación. Sin embargo, las reservas de carbono encontradas en ellos, que son tan importantes para el clima, están bajo fuerte presión o amenaza.

El informe reportó que el 83% de la deforestación en la cuenca amazónica de 2001-2015 ocurrió fuera de los Territorios Indígenas (TI) y Áreas Naturales Protegidas (ANP). Este resultado es interesante porque solamente el 48% del área de bosques en Amazonia se encuentra fuera de los TI y ANP.

En este lapso de tiempo la tendencia en la región fue hacia la disminución de la deforestación en las distintas unidades analizadas, excepto en lo que se refiere a la deforestación en Territorios Indígenas no reconocidos oficialmente, donde hubo un aumento de 50%.

constatamos que los territorios de pueblos indígenas tienen tasas de deforestación significativamente más bajas en comparación con las áreas fuera de ellos

Según Carmen Josse, científica y coordinadora del proyecto de Ecociencia–Ecuador: “Este es el primer análisis que se ha hecho a nivel de la cuenca amazónica para un período largo de tiempo, comparando estadísticas de deforestación dentro y fuera de territorios indígenas y áreas protegidas y constatamos que los territorios de pueblos indígenas tienen tasas de deforestación significativamente más bajas en comparación con las áreas fuera de ellos”.

“Durante milenios, los pueblos indígenas de la Amazonía hemos conservado nuestros bosques a través de nuestro conocimiento y prácticas tradicionales. Esta contribución única para el planeta ahora cuenta con evidencia científica que nos apoyará en nuestros procesos de incidencia política en la lucha en contra del cambio climático” ha declarado Jocelyn Therese, vicecoordinador de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

Los miembros del consorcio incluyen organizaciones científicas que forman parte de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) y del Centro de Investigación de Woods Hole (WHRC); la COICA en representación de los pueblos indígenas y los expertos en políticas del Fondo de Defensa Ambiental (EDF).

Una parte del análisis examinó la biomasa sobre el suelo, es decir, las reservas de carbono localizadas en Territorios Indígenas y Áreas Naturales Protegidas y las existentes presiones y amenazas producto de diferentes actividades, un análisis similar al publicado en 2014 por el mismo consorcio (Walker et al. 2014)(1). En este caso, el análisis utiliza nuevos datos de reservas de carbono de 2014 brindados por Baccini et al. y publicados en Science en 2017 (2) para cuantificar las reservas de carbono dentro de Territorios Indígenas y Áreas Naturales Protegidas (RAISG 2016)(3).

Los resultados revelan que el 53% del carbono forestal de la cuenca amazónica está en Territorios Indígenas y Áreas Naturales Protegidas. Además se descubrió que el 12% del total de las reservas de carbono están bajo presión o amenaza significativa en los Territorios Indígenas y Áreas Naturales Protegidas.

De los cuatro países para los que el informe muestra datos específicos de deforestación, solo Brasil mostró una tendencia sostenida a la disminución, mientras Colombia, Ecuador y Perú tuvieron una subida hacia la mitad del período.

En el caso de Brasil existe la preocupación de que la franca tendencia a la baja pueda estar revirtiéndose considerando los recientes cambios en las políticas del Gobierno Federal de Brasil. Entre los países de la Cuenca, solo Venezuela muestra incremento en la deforestación en cada uno de los tres quinquenios analizados.

“Lamentablemente, los procesos políticos en países como Brasil muestran un gran retroceso en términos de otorgar la importancia que los bosques y los pueblos indígenas se merecen cuando hablamos de cambio climático” afirmó Nara Soares, coordinadora general de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB).

“Amenazar la seguridad territorial de los pueblos indígenas es amenazar la misma existencia de la Amazonía. Sin pueblos no hay bosques y sin bosques, no existe una mitigación al cambio climático efectiva” agregó Soares.

Estado de la deforestación en Colombia

En el caso específico de la Amazonia colombiana, la deforestación durante el periodo de 2000-15 siguió avanzando en el piedemonte andino amazónico, a causa de la expansión de la frontera agropecuaria para el establecimiento de pastos y, en algunas zonas, de cultivos ilícitos de coca.

El aumento de la población en algunos centros poblados debido a actividades mineras en el norte y oriente de la Amazonia, también contribuyó al aumento de la deforestación por demanda de maderas para construcción, leña, y productos agrícolas.

En general, la deforestación se redujo en los bosques ubicados en los Territorios Indígenas durante el período, mientras que la deforestación externa se duplicó en el periodo medio de 2005-10, pero volvió a los niveles originales en el último período.

En el período 2000-2015, los Territorios Indígenas y Áreas Naturales Protegidas de Colombia experimentaron una pérdida porcentual de su cubierta forestal del 1,37% (0,83% en TI) comparado con el 7,38% fuera de sus territorios y de las ANP.

Eso significa que en Colombia ese porcentaje de pérdida de bosque fue un 537% mayor fuera de los Territorios Indígenas. Afortunadamente para Colombia, casi el 75% de los bosques amazónicos se encuentran en los TI y ANP y sólo el 34% de la deforestación amazónica se produjo en ellos. Eso significa que el otro 66% de la deforestación ocurrió en los bosques fuera de las TI y ANP.

En el marco del primer acuerdo de paz con un grupo guerrillero en Colombia, hay una mayor necesidad de tierras para los desmovilizados y un acceso más fácil a zonas antes restringidas por el conflicto armado, lo que posiblemente se traducirá en una mayor presión para convertir los bosques amazónicos en otros usos.

Tabla 1. Deforestación por categoría en el periodo de 2000-2015 para la Amazonia Colombiana (límite de RAISG)

Notas:

(1) W. Walker, A. Baccini, S. Schwartzman, S. Ríos, M. Oliveira-Miranda, C. Augusto, M. Romero Ruiz, C. Soria Arrasco, B. Ricardo, R. Smith, C. Meyer C., J. Jintiach, E. Vasquez Campos ‘Forest carbon in Amazonia: the unrecognized Contribution of indigenous territories and protected natural areas’. Journal Carbon Management Volume 5, 2014 – Issue 5-6. http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/17583004.2014.990680

(2) A. Baccini1,*, W. Walker1, L. Carvalho2, M. Farina1, D. Sulla-Menashe3, R. A. ‘Tropical forests are a net carbon source based on aboveground measurements of gain and loss’ Houghton1, Science, 2017. http://science.sciencemag.org/content/358/6360/230

(3) Datos de RAISG publicados en el 2016: https://www.amazoniasocioambiental.org/wp-content/uploads/2017/04/AMAZONIA2016_english_18maio.pdfA.

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