87 empresas controlan toda la cadena productiva del agronegocio

Servindi

De acuerdo con el Atlas agroalimentario de la Fundación de la Fundación Heinrich Böll, 87 corporaciones dirigen la cadena productiva del agronegocio en todo el mundo. Se trata de diversas empresas del sector de bebidas, carnes, tecnología y trading companies.

El informe publicado en Brasil estudia la cadena global de la agricultura, la realidad local del agronegocio, y cómo esta conglomeración del mercado moldea el sistema agrícola mundial.

El Atlas Agroalimentario también contiene datos del sector sobre finanzas, inversiones y maquinaria; conflictos relacionados al acceso a la tierra y al agua, semillas y uso de fertilizantes en el mercado de commodities, etc.

Asimismo, muestra los problemas que genera esa cadena productiva: la expansión de los monocultivos y el consecuente incremento del uso de agroquímicos y de los problemas de salud; reducción de la calidad de los suelos y de la biodiversidad; entre otros problemas.

Así lo manifiesta Rute Pina, periodista de Brasil de Fato, en el siguiente informe.

Solo 87 empresas controlan toda la cadena productiva del agronegocio

Por Rute Pina

Solo 87 corporaciones con sede en 30 países dominan la cadena productiva del agronegocio en todo el mundo. Entre ellas, están las gigantes del sector de bebidas y carnes, como Coca-Cola, AmBev, JBS y Unilever.

En la lista también están las empresas de tecnología como IBM, Microsoft y Amazon, atraídas para la producción agrícola y venta minorista por áreas como big data (grandes conjuntos de manipulación de datos) y vehículos inteligentes.

Cuatro grandes trading companies controlan la importación y exportación de commodities agrícolas: el grupo ABCD, formado por las empresas estadounidenses  Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill y el conglomerado multinacional, Louis Dreyfus Company. Actualmente, representan un 70% del mercado mundial de commodities agrícolas.

Esos datos forman parte del Atlas Agroalimentario, lanzado en Brasil este martes (16). El informe analiza la cadena global de la agricultura y cómo la concentración del mercado en manos de pocas empresas moldean el sistema agrícola mundial.

Maureen Santos, coordinadora de Justicia Socioambiental de Heinrich Böll, una de las promovedoras del atlas, explica que el nuevo documento presenta análisis sobre la realidad local del agronegocio.

Según ella, el mérito del proyecto se debe al levantamiento que reúne, en una sola publicación, los datos del sector sobre finanzas, inversiones y maquinaria; conflictos relacionados al acceso a la tierra y al agua, semillas y uso de fertilizantes en el mercado de commodities, desde el procesamiento de alimentos hasta el consumo doméstico.

“[El Atlas] muestra que globalmente, y también en Brasil, hay problemas muy serios relacionados con esa cadena: la expansión de los monocultivos y el consecuente incremento del uso de agroquímicos y de los problemas de salud; reducción de la calidad de los suelos y de la biodiversidad; los conflictos que se relacionan con la concentración del mercado y del incremento de la adquisición de tierras en detrimento de las condiciones de vida y del trabajo de la agricultura familiar, campesina y de las comunidades ancestrales”.

Financiarización

El Atlas también demuestra cómo funciona el juego financiero de las trading companies que forman el grupo ABCD en el mercado especulativo.

En 2015, el comercio de contratos de futuros sobre maíz fue 11 veces mayor que la producción mundial de este grano. Es decir, mientras la cosecha de maíz llegó a 978 toneladas, los contratos en la Bolsa de Valores llegaban a 10,5 millones de toneladas.

Además, el grupo es directa o indirectamente responsable por la deforestación en la selva tropical. En Brasil, por ejemplo, las comunidades guaraníes acusaron a Bunge por comprar caña de azúcar producida en tierras robadas en 2012. En aquel momento, la empresa afirmó que sus abastecedores respetaban el derecho a la tierra, pero no renovó los contratos.

Soberanía alimentaria

La concentración en la cadena productiva representa una amenaza al conocimiento ancestral del cultivo de la tierra. Esta es una de las preocupaciones de la periodista Verena Glass, coordinadora de proyectos de la Fundación Rosa Luxemburgo, que trabajó en la adaptación del informe al portugués.

Ella señala que el incremento del uso de la tecnología de punta, con la agricultura de precisión, representa una amenaza a la soberanía alimentaria de diversos países.

“Lo que había de más vivo, la relación de alimentar a los seres humanos y reproducir la vida a partir del conocimiento sobre la tierra, el territorio, el clima, los animales y de la integración con la biodiversidad, se sustituye. Y esa es una lógica que se suma al uso de semillas transgénicas, agroquímicos, tecnificación y patentes y representa una pérdida de la biodiversidad y del conocimiento”, afirma la periodista.

Glass señala aún para el aumento de la disputa por territorios. “O sea, cuál será el espacio para la agricultura familiar y la agroecología, las comunidades ancestrales en Brasil y el mundo según esos nuevos paradigmas?”, cuestiona Glass.

Otro punto que se destaca en el informe es la acelerada disminución del número de empresas en el mercado global de semillas y agroquímicos debido a las fusiones que originan poderosos conglomerados de empresas. Desde la consolidación de la compra de Monsanto por Bayer en junio de este año, este mercado se divide en cuatro grandes grupos: Dow DuPont, Bayer, Syngenta y BASF.

La versión brasileña del Atlas Agroalimentario está disponible en el sitio web de la Fundación Heinrich Böll.

Edición: Juca Guimarães | Traducción: Luiza Mançano

Concentración en la cadena productiva e incremento de los monocultivos representan una amenaza a la soberanía alimentar. Foto: Agencia Brasil.

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