Sombrío panorama indígena de México

Por Marcos Matías Alonso* – Servindi

En el marco de la celebración del décimo aniversario de la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), me han pedido presentar una reflexión sobre la situación en que viven los pueblos indígenas de México. Hay muchos ejes, temas y problemas que podrían reseñarse. Desde la experiencia mexicana, presento los temas relevantes:

El crecimiento alarmante de la pobreza indígena. Son graves los grandes rezagos sociales en áreas de salud, vivienda, educación, etcétera. La situación nacional de los pueblos indígenas, en vez de mejorar el nivel de vida, sus condiciones sociales se agudizan dramáticamente. La pobreza, la exclusión y la desigualdad, son los principales rasgos que retratan a los pueblos indígenas de México. Sustento mi afirmación con la siguiente gráfica, elaborada por la Comisión Nacional de Evaluación (CONEVAL), que en México es la principal instancia de evaluación social de la política pública.

Es evidente la desigualdad entre la población indígena con la no indígena y son alarmantes los índices de la pobreza extrema entre la población indígena. Del 2012 a la fecha, la brecha de la desigualdad no ha disminuido y los porcentajes de pobreza extrema y moderada, lejos de reducirse,  creció dramáticamente.

Reducción del presupuesto para el desarrollo indígena. Paradójicamente, en México aumenta la pobreza indígena y disminuye el presupuesto para mejorar los índices de desarrollo humano. En una situación de alarma nacional, debería ocurrir exactamente lo contrario: abatir la  pobreza indígena y aumentar el presupuesto en la política pública en materia indígena. El siguiente cuadro revela el compromiso real de la actual presidencia de la República con los pueblos indígenas de México.

En el 2008, era período presidencial de Felipe Calderón Hinojosa (PAN) y el presupuesto transversal para pueblos indígenas, fue en promedio de 31 un mil millones de pesos, lo que representó el 1.21% en relación al presupuesto global nacional. En ese mismo año, el presupuesto para la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), fue en promedio de 7 mil millones de pesos, lo que representó el 0.28%, en relación al presupuesto global nacional.

En el 2012 inició el período presidencial de Enrique Peña Nieto (PRI) y en materia presupuestal indígena, en el 2017 padeció una severa caída. En relación al 2016, el presupuesto transversal del 2017 sufre un decremento del 12.5%. El recorte más brutal fue para el presupuesto de la CDI con un 51.2% en la mutilación de su financiamiento. En el 2017, en el rubro de “Infraestructura Indígena” de la CDI, le recortaron el 70.17%. Es decir, los recursos financieros para carreteras, agua, alcantarillado y electrificación, sencillamente quedaron eliminados.

Para el ejercicio fiscal del 2018, se vislumbra un panorama sombrío. El pasado 8 de septiembre, el titular de la SHCP entregó a la Cámara de Diputados el Paquete Económico del 2018, el cual incluye el proyecto de presupuesto indígena para el próximo año. Es una burla pretender ampliar el presupuesto de la CDI con sólo 282 millones y de éstos, sólo 108 millones para “Infraestructura Indígena”.

De acuerdo al cuadro de erogaciones para el desarrollo indígena, en el 2018, Enrique Peña Nieto dará la última bofetada a los pueblos indígenas con un presupuesto transversal que sólo representa el 1.49% y para la CDI, sólo aplicaría el 0.11%. En síntesis, del 2008 que el presupuesto de CDI representaba el 0.28%, al 2018, podría representar sólo el 0.11%. En los último diez años, 17  décimas perdidas. Este es el saldo de Enrique Peña Nieto y es el resultado de la gestión del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En los últimos diez años, ha sido intocable el presupuesto transversal indígena. Es dudosa e incierta su aplicación práctica y su uso ha sido una prerrogativa reservada a la más de una docena de dependencias de Gobierno que lo ejercen discrecionalmente. Si en México, hubiera una división de poderes, el Ejecutivo Federal, propondría el diseño presupuestal y la instancia que verdaderamente decidiría, sería el Congreso y los Diputados Federales. Lamentablemente, en México, el Ejecutivo propone y dispone el ejercicio presupuestal. Los legisladores son sumisos y fieles obedientes a lo que el Presidente de la República manda y ordena.

La más grave infamia que padecen los pueblos indígenas, es sufrir la discriminación económica por parte del Estado mexicano. Diez años después de la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aumentó alarmantemente la pobreza indígena y se hace polvo el presupuesto para su desarrollo. El Presidente de la República incumple sus compromisos internacionales que adquirió ante la ONU. EPN no honra su palabra con la comunidad internacional ni con el pueblo de México. Es el mandatario nacional que ha provocado la mayor afrenta a los pueblos indígenas de México.

Como con frecuencia afirma Jaime Martínez Veloz: “Los número no mienten. Las estadísticas no tiene signo político, sólo muestran resultados”. En estas notas sólo he mostrado algunos datos que perfilan a uno de los peores gobernantes que ha tenido México y el PRI, que es el partido que encarna el desgobierno en el país.

Nota:

Ponencia presentada en el Foro Nacional: “El desarrollo Sostenible, Sustentable y con Identidad de los Pueblos Indígenas”. Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Diputados LXIII Legislatura. Ciudad de México, 13 de septiembre del 2017.


*Marcos Matías Alonso es investigador titular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

Foto: Alocución en la Cámara de Diputados de la CDMX. 13 de Septiembre del 2017

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