Un reciente informe sobre el desarrollo social revela que más del 84% de mujeres indígenas en áreas rurales vive en pobreza. Las diferencias de género y de procedencia étnica van de la mano con las diferencias sociales en México. La pobreza en este país solo se habría reducido en 2% en los últimos 10 años. ¿Podrá López Obrador revertir esta situación?
Por José Díaz, en Servindi
Como un baldazo de agua fría cayó en México el informe de desarrollo social presentado por Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), donde se revelan las cifras de pobreza y discriminación que viene sufriendo el país mesoamericano en la última década. Las cifras son contundentes: indígenas y mujeres se encuentran en la cola de la tabla del desarrollo.
Entre los años 2008 y 2018, México solo redujo en un 2% el índice global de su pobreza, siendo que en determinados sectores la situación se precarizó. Uno de los sectores más afectados ha sido el de las mujeres donde, lejos de retroceder, los indicadores de pobreza aumentaron en 6.1% en la última década.
“Esta carestía debería ponernos en alerta y tiene que ver con los altos índices de precariedad laboral e informalidad del trabajo”, declaró uno de los representantes del Coneval, José Nabor. De hecho, otra de las cifras que preocupó fue que más del 56% de los mexicanos no tienen acceso a servicios de salud ni seguridad social.
Lo preocupante es que las zonas más afectadas por estas desigualdades son los estados ubicados en el sudeste de México. Oaxaca, Veracruz, Guerrero y Chiapas son las zonas más vulnerables y, precisamente, las que congregan mayor cantidad de poblaciones indígenas.
Indígenas al final
Las cifras del Coneval empeoran dramáticamente cuando se examina a la población femenina indígena mexicana. Según el informe, el 84.3% de las mujeres indígenas que viven en zonas rurales son pobres y de estas, el 45.7% se encuentran en situación de extrema pobreza. La brecha se hace notable si se compara con la situación de, por ejemplo, los hombres no-indígenas donde la pobreza extrema solo llega al 3.9%.
“Las mujeres indígenas están en la condición de pobreza extrema máxima y hay que verlo en el campo. Viven aislada de la modernidad y los servicios básicos”, explicó Salomón Nahdad, investigador del Coneval.
Cabe destacar que la mayor parte de este periodo de estancamiento en la lucha contra la pobreza México estuvo bajo los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Sin embargo, las demandas incrementarán hacia la gestión de Andrés M. López Obrador, quien en los últimos meses ha tenido enfrentamientos mediáticos con el Coneval, entidad que ha sufrido recortes de presupuesto por parte del gobierno federal.
“La medición de la pobreza permite decir en qué estados hay que trabajar más, con qué grupos hay que trabajar más y en qué carencias hay que trabajar. El Coneval puede ser un multiplicador de la eficiencia del gasto, con pequeño gasto en el Coneval se sabe en dónde se puede gastar mejor”, declaró el investigador Agustín Escobar, en clara referencia a las diferencias entre esta institución la gestión de López Obrador.
