Nuevas revelaciones sobre la Masacre de Napalpí, en El Chaco

Servindi, 27 de febrero, 2016

El testimonio de la historiadora Mariana Giordano sobre la Masacre de Napalpí, en El Chaco, fue estremecedor. Ella efectuó un análisis de imágenes, relatos y textos periodísticos sobre el episodio en el que se acribilló a más de 300 personas, mayormente indígenas, el 19 de julio de 1924.

Giordano, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de la Argentina (CONICET), prestó declaración ante la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Resistencia en el marco de la investigación que busca llevar el caso de la matanza de Napalpí a una instancia de juicio por la verdad.

La masacre fue llevada a cabo por la Policía y grupos civiles armados a la orden del gobernador en El Chaco quienes respondieron de manera brutal a una huelga que reclamaba una justa retribució por la cosecha de algodón.

El análisis relacional brindado por la historiadora puso de relieve las huellas del sometimiento y la violencia ejercida por el Estado sobre la población indígena.

A continuación reproducimos el reporte informativo de Chaco Día por Día:

Napalpí: testimonio revela las formas de violencia ejercidas por el Estado

El testimonio de Mariana Giordano detalla el análisis relacional de imágenes, relatos y de textos periodísticos realizado por la historiadora y pone de manifiesto las huellas del sometimiento y la violencia ejercida por el Estado.

Con el objetivo de promover la apertura de un juicio por la verdad, la Unidad Derechos Humanos de la Fiscalía Federal del Chaco inició en 2014 una investigación para reconstruir los hechos que tuvieron lugar en la denominada “Masacre de Napalpí” el 19 de julio de 1924.

En aquel episodio, más de 300 personas, en su mayoría integrantes de comunidades indígenas y algunos criollos, que realizaban una huelga en reclamo por una justa retribución por la cosecha de algodón, fueron acribillados por parte la Policía Nacional y grupos civiles armados que respondían a la orden del gobernador del territorio chaqueño, Fernando Centeno.

En este marco, el 3 de febrero prestó declaración Mariana Giordano, Doctora en Historia, Investigadora Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de la Argentina (CONICET), docente de la UNNE y actual directora del Instituto de Investigaciones Geohistóricas de CONICET/UNNE.

La historiadora, que ha desarrollado diversas investigaciones sobre los discursos e imágenes de los indígenas del Gran Chaco, con referencias al caso Napalpí, entre las que se destaca sus tesis doctoral “Discurso e Imagen sobre el indígena chaqueño” publicada en 2004, sostiene que la prensa hegemónica de la época ocultó la explotación de indígenas y criollos que ejercían los sectores dominantes en los campos de cosecha, así como el conflicto desatado por la desigualdad social.

La situación se vio recrudecida con los reclamos que derivó en la huelga de 1924, llamada por el Estado y  el periodismo oficial como “sublevación” de Napalpí.

No obstante, indicó que hay otros discursos que revelan huellas del sometimiento y la violencia estatal. Específicamente refirió a El Heraldo del Norte/Heraldo chaqueño como “un periódico censurado por el gobierno que dio cuenta de la acción armada del Estado territoriano como respuesta a la huelga” y otros relatos recabados por la investigadora.

Principalmente, Giordano se explayó en la descripción del rol que tuvo la fotografía en la construcción de representaciones del “control” y la “mansedumbre” de las comunidades indígenas y en la justificación de los proyectos estatales de expropiación de tierras y explotación laboral.

Refirió especialmente a un conjunto de 14 imágenes tomadas por el antropólogo Robert Lehmann Nitsche el día de la Masacre en la Reducción de Napalpí y que fueron relevadas por la investigadora en el  Instituto Iberoamericano de Berlin (IAI). Insistió en  la “ausencia” de referencia de “violencia explícita” en las imágenes y como contrapartida la reproducción de “un ambiente pacífico con indígenas ‘amigos’ -disciplinados-”.

Sin embargo indicó que pueden referenciarse “ciertas ‘marcas’ o “huellas” de esa violencia  a través del trabajo con la comunidad actual”. Es decir a partir  del análisis de las imágenes en relación al relevamiento de testimonios y la recepción de fotografías en las comunidades que es parte del trabajo que la investigadora ha realizado.

“Los brazaletes blancos que tienen varios de los hombres y mujeres son recordados en la memoria de familiares de los sobrevivientes como la marca que la administración de la Reducción obligaba a poner a los indígenas ‘buenos’, es decir, aquellos que no estaban “sublevados”. Este paño se usó con anterioridad y posterioridad al día de la matanza”, explicita Giordano respecto a una de las imágenes.

Asimismo, la historiadora se detiene una fotografía del conjunto y afirma que remite a la matanza. La imagen  “muestra un avión con el piloto en la cabina sobre el que se distingue la inscripción ‘2 Chaco’  y delante de él funcionarios, policías con fusiles Winchester y el mismo Lehmann Nitsche”, detalla y en vinculación a ella acota que en prensa opositora al gobierno han referido  justamente “a la presencia de un avión de Aerochaco 2 que sobrevoló la zona en la que se encontraban tobas y mocovíes a la espera de promesas de resolución del conflicto planteado al gobierno territoriano”.

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Fuente: Chaco Día por Día:

Destaque: La investigadora se refirió a las imágenes tomadas por el antropólogo Robert Lehmann Nitsche el día de la Masacre.

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